En el Día del Becario, desde USO queremos alertar sobre los problemas contra los derechos laborales del conjunto de la ciudadanía y del sistema de Seguridad Social, tanto a nivel individual como colectivo, que a corto, medio y largo plazo trae consigo el abuso constante y fraudulento de la figura del becario.
Lo primero que vamos a hacer es distinguir entre prácticas universitarias o formativas y ser becario o becaria. Las prácticas universitarias o de ciclos formativos son aquellas que se realizan dentro del periodo formativo y que sirven para complementar la formación teórica recibida. Becario o becaria es aquella persona, como norma general, joven, recién graduada, que trabaja en una empresa por un salario inferior al resto de los trabajadores y trabajadoras de la empresa, bajo la excusa de “se está formando”.
Son varias las ocasiones en las que desde nuestro sindicato hemos dado un toque de atención sobre los abusos de las empresas hacia los becarios y becarias. En pocas ocasiones reciben esa formación que dicen las empresas que ofrecen y son trabajadores y trabajadoras a tiempo completo en la empresa, con salarios inferiores al resto de la plantilla.
En algunos sectores como prensa, administración, abogacía, etc., está más que implantada la presencia de becarios en las plantillas, llegando incluso a la normalización de ser obligatoriamente becario o becaria al acabar los estudios si quieres trabajar de lo que has estudiado.
Y es que, en todos los sectores, además de los becarios en cocinas de grandes chefs tan de moda en este momento, se utiliza la figura del becario para cubrir puestos de trabajo estructurales a coste cero o a muy bajo coste.
Esa normalización de los becarios y becarias esconde, por tanto, abaratamientos de puestos de trabajo, doble escala salarial, ausencia de derechos laborales, consecuencias en la cotización de esas personas jóvenes y lo que es más grave, la precarización laboral.
Por desgracia, el puesto de becario o becaria tiene una remuneración inferior al SMI, algo que desde el punto de vista de nuestro sindicato es ilegal, ya que ningún trabajador o trabajadora debe cobrar por debajo de ese umbral, aunque se disfrace de becario o persona en formación, cuando verdaderamente son “falsos becarios”.
Si una persona recibe una formación académica, unas prácticas formativas mientras duran sus estudios, ¿por qué esa necesidad de seguir prolongando el periodo de prácticas hasta la saciedad? ¿Cuándo se va a dar una oportunidad real de empleo a esas personas jóvenes? El encadenamiento de “becas” en muchas ocasiones lleva a la desesperación a los y las jóvenes y ven en ellas una manera de subsistir con unos ingresos mínimos, pero insuficientes para poder sobrevivir, tener una cotización a la seguridad social, en definitiva, para una emancipación real y una calidad de vida aceptable.
Por eso, desde USO, instamos al Gobierno a que, sin tan bueno e innocuo es ser becario, realice un registro público de becarios y becarias para conocer el número exacto de personas que están en esa situación, y hacemos un llamamiento para que tengan una remuneración acorde al trabajo que desempeñan, en igualdad de condiciones que el resto de personas de la plantilla. Animamos a los jóvenes que encadenan becas tras becas a que denuncien la situación para visibilizar la verdadera realidad que se esconde tras las prácticas laborales.