España terminó el año 2017 con casi 3 millones y medio de parados, 3.412.781 personas, a pesar del tradicional empujón de diciembre, que ha sido menor que en 2015 y 2016. Analizando la evolución del último quinquenio, que ha terminado año tras año con bajadas en torno a 200.000 desempleados, puede comprobarse que 2017 no ha sido el mentado año de la recuperación. “Lo comenzamos con descensos relativamente fuertes con respecto a 2016. Pero, a la hora de la verdad, cuando termina el verano, la pérdida de empleo fue más pronunciada que en el año anterior y hemos cerrado diciembre con más parados que en julio. Esto demuestra una vez más que no se crea empleo estable, sino temporal y claramente estacionalizado”, lamenta Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de la USO.
De hecho, el desempleo por sectores es claro con respecto a esto: “las subidas se dan en la industria y en la construcción, mientras que los servicios bajan en más de 50.000 parados registrados. Y es un empleo tan precario que las cifras de contratos hablan por sí mismas: en diciembre se firmaron menos contratos indefinidos que en los tres meses anteriores, a pesar de que en todos había subido el paro”, analiza Estévez. Fueron 131.067 los formalizados en diciembre, frente a 192.690, 202.542 y 170.732 de septiembre, octubre y noviembre, respectivamente.
1.378.827 de las contrataciones temporales realizadas durante el mes de diciembre se han hecho en las modalidades de obra y servicio, o eventuales por circunstancias de la producción, “lo que claramente corresponde a la campaña de Navidad, que da el estirón hasta enero y empalma con el inicio de las rebajas. Un empleo no cualificado, temporal y con jornadas maratonianas, donde el principal producto rebajado es el trabajador. Un respiro para las estadísticas, pero no para la estabilidad de la economía familiar”, continúa Laura Estévez.
“Sí tenemos que alegrarnos de la subida de cotizantes a la Seguridad Social”, afirma Estévez, “tanto en diciembre como al terminar el año, ya que los cotizantes ganados para el sistema son más del doble de la bajada del paro, 611.146 en todo 2017 frente a las 290.193 personas que dejaron las listas del SEPE. Un dato que esconde otra realidad que necesita un cambio en las prestaciones: la mayoría de los españoles no acude al sistema oficial de búsqueda de empleo”. Un récord de afiliados a final de año, 18.460.201, a pesar de ser menos que el julio pasado, y que “serán más necesarios que nunca si queremos sostener el sistema de pensiones que ha sido saqueado en seis años en casi 60.000 millones de euros”, concluye Laura Estévez.