(www.uso.es)
El último informe de la OIT refleja una leve bajada del paro mundial, pero un repunte de la desigualdad
La OIT ha presentado su informe sobre las tendencias de empleo para 2024, en el que destaca un leve descenso del paro mundial. Esta tasa se ha reducido del 5 % al 4,9 % en todo el mundo. Sin embargo, la Organización alerta de que han crecido las desigualdades.
La mayor brecha se observa entre hombres y mujeres. Entre ellas, solo el 45,6 % cuenta con un empleo remunerado, 24 puntos por debajo de los hombres, que se acercan al 70 %: 69,2 %. USO denuncia que la desigualdad en el reparto de las tareas de cuidados impide a las mujeres mejorar su situación laboral y económica.
Y, en el caso de Europa, alerta de que una vuelta a las políticas restrictivas repercutirá negativamente en el empleo y en las políticas sociales.
Evolución macroeconómica
Los datos que se recogen en el último informe de la OIT muestran una ligera mejora con respecto a sus estimaciones anteriores. La inflación mundial está disminuyendo, lo que mitigará la erosión de los salarios reales de los últimos años. Esta estabilización del entorno macroeconómico se está traduciendo en unas mejores perspectivas del mercado laboral. No obstante, los últimos cálculos muestran que los salarios reales se mantienen ligeramente por debajo de los niveles de 2019 en todo el mundo. Sí se han observado aumentos reales en algunas de las principales economías emergentes.
No obstante, a medio plazo, la situación sigue siendo incierta. Esto se debe a los importantes ajustes de la política monetaria y fiscal a escala mundial. Es un hecho especialmente relevante para el empleo, ya que las tendencias del mercado laboral suelen reaccionar con un retraso considerable respecto a la economía. Por lo tanto, las políticas restrictivas macroeconómicas tendrán un efecto retardado en el mundo laboral.
Además, aunque el crecimiento económico mundial sigue siendo relativamente robusto y la inflación agregada global está bajando, muchos países en una situación vulnerable se enfrentan a múltiples retos: conflictos, inseguridad alimentaria, crisis del coste de la vida, aumento de la deuda y restricciones fiscales.
La situación del empleo
Dada la reciente estabilidad macroeconómica, y teniendo en cuenta los últimos datos sobre el mercado laboral, la OIT ha revisado sus previsiones de desempleo mundial de 2024. Las sitúa ahora en el 4,9 % (frente al 5,2 % pronosticado en noviembre de 2023). Esta revisión se deriva principalmente de unas tasas de desempleo inferiores a las previstas en China, la India y en países de renta alta.
Este año, se prevé que la tasa de desempleo se mantenga por debajo del nivel de 2019, antes de la pandemia de covid-19 y del periodo inflacionista posterior. Aunque en algunos países sí se observan unos mercados de trabajo tensionados, los nuevos datos muestran que el desempleo ha vuelto a la tendencia anterior tras el inusual aumento de la pandemia; en general, las cifras muestran una situación estable.
¿Qué frena a las mujeres en el empleo?
Un nuevo análisis de la OIT demuestra que las responsabilidades familiares (matrimonio y maternidad) son un elemento clave en la brecha de género en el empleo. Esto indica que la parte desproporcionada de mujeres en el trabajo no remunerado de cuidados juega un rol importante en las diferencias de empleo entre hombres y mujeres en todo el mundo.
En los países de renta baja, el efecto de la carga de cuidados explica el 62 % de la brecha de género en el empleo. En los países de renta alta, este porcentaje llega al 80 %, mientras que en los de renta media representa el 76 % de la brecha.
La desigualdad en el reparto de las tareas de cuidados, junto con el déficit en los sistemas públicos de cuidados, son factores que están detrás de las penalizaciones a las mujeres en el empleo. En un informe realizado por la OIT en 2018 en 11 países, se encontró que el número de horas diarias que las mujeres dedican al trabajo doméstico en hogares sin hijos es, de media, 3,7 horas. Mientras, en los hogares con hijos pequeños, es de 6,1 horas diarias. Los hombres, sin embargo, emplean solo 1,7 horas diarias a los cuidados no remunerados en hogares sin hijos y 2,2 cuando hay hijos pequeños.
Incluso cuando las mujeres están empleadas, reciben rentas del trabajo muy inferiores a las de los hombres. En los países de renta alta, las mujeres empleadas ganan 73 céntimos por dólar, en comparación con los hombres. En los países de renta baja, las mujeres ganan solo 44 céntimos por cada dólar de los hombres. Esto refleja el grave déficit de calidad en el empleo de las mujeres, que están sobrerrepresentadas en trabajos precarios.